Porque no quiero darme cuenta de lo que pasa a mi alrededor,
porque odio los problemas, las discusiones y los enfrentamientos. Porque les
huyo. Porque quiero vivir sin este peso. Sin este dolor. Porque quiero ser
feliz y esto no me deja. Luchar día a día con esto que me asesina por dentro, y darme cuenta que por más que quiera que
desaparezca, esto me va a acompañar por gran parte de mi vida. Porque quiero a
los míos, y que nada les pase. Porque tengo miedo. Vivo con miedo. Y odio el
miedo. Porque me paraliza, porque por miedo dejo cosas de lado, no enfrento la
realidad y cada vez guardo en mi interior eso que me daña. Porque quien creí mi
ángel, es hoy mi mayor lucha. Porque en quien creí superior, la siento débil y
eso me vuelve débil a mí. Porque ya me canse de intentar hacer SIEMPRE las
cosas bien. Porque me quiero equivocar y aprender, pero por miedo acumulo. Porque
no voy por lo que verdaderamente quiero. Porque lo termino evadiendo. Porque viví
mucho más de lo que creí que iba a vivir. Porque vivo pensando las cosas antes
de hacerla. Porque ahora quiero arriesgarme sin importar nada. Porque lo quiero
hacer por mi y nadie más. Porque de una vez por todas quiero sacar esto que me
atormenta y poder estar bien conmigo. Porque sufro, porque me hace mal, porque los
quiero ver bien. Porque de eso depende mi felicidad. Si tan solo pudiera borrar
un momento en mi vida, todo sería distinto. Porque confiar me cuesta, porque
las mentiras me invaden y porque amor es lo que me sobra.
lunes, 30 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
Fantasy World
No sé
qué es lo que hiciste de mí. Me volví dependiente. Obsesiva. Celosa. Compulsiva.
Me volví inventora. Cree una historia, te inventé un personaje. Me enamore de
vos, mejor dicho de ese personaje inventado. Imagine situaciones, momentos y
locaciones con vos. Todo fue en vano, nada pasó, todo formo parte de mi mundo
de fantasía, en donde no veía la realidad, y en donde solo existías VOS. Eras
mi mundo aparte. Si se trata de vos, mi imaginación no tiene barreras. No te
culpo por esto, pero si por aparecer en el momento que casi ya ni existías. Sé
que por vos no lo di todo, pero si lo dejé todo.
Dos en UNO
Ese momento en que sentís cosas distintas, diferentes
pero mezcladas entre sí. No sabes el porqué pero por algo están. Dos
sentimientos en uno. Por un lado te sentís orgullosa de haber soltado a esa
persona por la que estuviste tanto tiempo presa, pero por otro lado te queda
ese sabor amargo de sentir que renunciaste, que te rendiste, que te diste por
vencida.
A veces lo que sentimos no es lo que verdaderamente es,
sentir que te rendiste no siempre significa que te diste por vencida. Haberlo
dejado de lado te vuelve heroína, no derrotada. Es una victoria propia, una
lucha interna. Le ganaste a ese amor destructivo que ahora se volvió
descartable. Lo usaste un rato y por fin ahora podes tirarlo.
Una parte tuya se fue, esa dependencia por otra persona
desaparece. Te estás dejando ser, lo estas dejando ir. No es abandono, no es
renuncia, es algo nuevo. Una parte se va, pero otra nueva crece y todo nuevo
comienzo viene lleno de expectativas, ilusiones y quizás cosas mejores…
jueves, 26 de abril de 2012
Esa ausencia de él que te ausenta a vos
En la primera entrada mencioné que esto surgía a partir de
una ausencia. Me quedé preguntándome si solo era una excusa o de verdad algo
estaba ausente en mí. La ausencia es algo que no está. Puede no estar porque
nunca estuvo o no estar por que se fue. Son muchas las cosas que quiero que
nunca tuve, pero también son las que no están, que quiero y se fueron.
Cuando nos acostumbramos a algo es muy difícil dejarlo ir.
Como cuando de chiquitos nos hacían regalar juguetes. Estuvieron un buen rato
en nuestra vida y no nos gusta despojarnos de algo que nos hizo bien. Lo más
difícil es cuando ese algo se fue sin avisar, sin darte una explicación, sin un
porque o simplemente sin un CHAU. Cuando simplemente ese algo desapareció.
Ese “algo” tiene nombre propio. Se podría decir que es un
hombre, pero creo que un HOMBRE no te dice “te quiero” “me importas” y después
desaparece sin una razón justa. Este algo me hizo reír como nadie y me hizo
creer que de verdad le importaba. Me mostro su mundo. Me reclamó amor. Me hizo
mentir para jugármela sin sentir culpa. Me confió y se sinceró. Me hizo pasar
momentos que por alguna razón no puedo sacar de mi cabeza. Me acuerdo de
cada detalle, por más mínimo e ínfimo que sea. Eso en que nadie vio ni se fijo,
yo sí. Observo, analizo y lo guardo todo. Cosas que ni él debe saber, cosas que
no percibió ni se enteró. Soy así, analizo todo. Aunque vale decir que a
veces me pierdo ciertas cosas, o me niego a ver mas allá de lo que mi corazón
siente. No suelo tener un punto medio. Paso del “no es para mí” al “no puedo
vivir sin él”. Me obsesiono. Armo una historia de fantasía, en donde SIEMPRE me
enamoro. Claro está, siempre me enamoro de ese personaje ficticio que yo arme.
No me pueden decir que no es así. Cuando nos gusta alguien, le añadimos
adjetivos, gustos, pasiones que no son. Lo tuneamos a nuestro gusto. Cerramos
los ojos y nos dejamos llevar por la imaginaria y soñadora que llevamos dentro.
Pero todo tiene su fin, siempre llega el momento en que nos damos cuenta que
vivíamos en un mundo que no era el real. Que ese chico no es el
príncipe azul, y que nosotras tampoco somos la princesa perfecta que tiene todo
lo que quiere. En algunos casos, ese momento llega rápido, en otros tarda
más. Pero siempre llega. Ese momento me llegó hace unos días y todavía los
estoy digiriendo. El solo pensar cuando yo decía que no era para mí, lo mucho
que él la peleó para que aceptara la invitación a vernos, y después haberme
enganchando como lo hice, me deja estúpida.
Te preguntas porque no lo notaste antes, porque fuiste tan
ciega. Te culpas y te maquinas la cabeza pensando porque él cambio así. Porque
hizo eso y porque te creíste una y cada cosa que él te dijo. Le echas la culpa
al flechazo por haberlo puesto en tu camino. Te sentís usada y débil. Te pasas
las horas y los días buscando una razón. Te morís de ganas de llamarlo o
mandarle un texto. Cada cosa que ves, oles o escuchas te remite a él. Sentís
que no vas a poder seguir sin él. Pero me atrevo a decirte que estas
equivocada. Que siempre se puede, y que el único límite es el cielo.
Lloralo, extrañalo, gritalo y odialo. Sacate todo ese AMOR-ODIO.
Si tiene que ser, se va a dar. Y si no, vendrán mejores. Quien decide es el
amor. No dejes que su ausencia, te ausente a vos.
Y a vos, que desapareciste y me dejaste con este
vacío, espero que estés bien y alguna vez saber la razón por la cual te fuiste.
La ausencia que vos tuviste, te dejó ausente de mí. Miento si digo que no te
odie, pero por ahora me quedo solo con los recuerdos de eso que pudo haber
sido, pero no fue.
lunes, 23 de abril de 2012
Estas invitada a mi ronda de secretos
No es novedad, puede ser uno más, puede pasar por
desapercibido, puede ser ignorado o no. Un nuevo blog que nace
a raíz de algo que no está, de la falta de un amor que se fue tal
vez, de algo que no sabemos que es, o simplemente de ganas que sacar los
trapitos al sol. No soy psicóloga, no trabajo en un consultorio, no
soy escritora, no soy un cura, ni tampoco doctora de amor. Soy simplemente yo,
una chica que tiene ganas de escribir, de contar y compartir.
Hope
Suscribirse a:
Entradas (Atom)